Fui a Machu Picchu

...Y todavía no me lo puedo creer...
Me fui a deo a Arica, dormí una noche en la Negra, pasé un día en Antofagasta y Mejillones, pasamos dos noches en Iquique en la casa de una señora encantadora que nos invitó a quedarnos. Salimos el miércoles y llegamos el domingo en la noche.
En Tacna me comí un Suspiro Limeño y medio (Andrés no pudo terminarse el suyo)atroz de rico. Casi lloré.
A Arequipa llegamos a las 3:30 de la mañana. Acaparamos el terminal.
En Arequipa casi pierdo la vida cruzando por un paso peatonal porque un taxista aceleró a morir y se tiró con todo: decidido a matarnos. Salimos corriendo, Andrés luego contó que el auto le rozó el pantalón.
De Arequipa a Cuzco me tocó paro agrícola y casi no llego.
Comí las tunas más multicolores que pueden haber en el universo.
En Ollantaytambo entré a unas ruinas increibles sin pagar nada porque eran gratis, habia que encaramarse al cerro, encontrar y seguir el camino sin apunarse. No fue difícil, sólo emocionante.
Subimos a Machu Picchu a pata, los peldaños eran tan altos y cortos que mis piernecitas y pulmones no pudieron con ellos y al final subí por el camino de autos. La felicidad que sentí(mos) arriba es indescriptible.
Los bichos se hicieron bistecs conmigo. Uno me dejó una traqueotomía perfecta y otro un chupón en el cuello. Les faltó hablarme al oido.
En Aguas Calientes casi perdimos a uno que se enfermó, después nos agarró la lluvia y a dos de nosotros se les mojó todo.
Quisimos salir por un camino alternativo al tren y nos tocaron derrumbes, de vuelta en la noche por la vía ferrea, me caí y ahora tengo unos moretones tremendos.
Dormimos de nuevo en el camping, se nos ultra mojó todo. Tuvimos que invadir el baño de mujeres a las cuatro y media de la mañana para colgar los sacos, la carpa y la ropa. No sirvió de mucho.
Me volví a Cusco en un tren de 43 dólares bizarrísimo (de veras que esa historia aun no la cuento).
De Cusco a Arequipa mi asiento del bus se mojó porque entraba agua por el techo. Me dio una mini gripe que aun me tiene con tos.
Comíamos por 400 pesos chilenos unos almuerzos increibles que nos dejaban con el .
ombligo parao. Compramos mil regalitos y leseritas. Gastamos poquísima plata.
De vuelta el camionero que nos llevaba a Santiago se quedó sin combustible, tuvimos que correr (con él) para alcanzar a subirnos al último metro. Nos quedamos donde la Marce, estábamos tan cansados que tuvimos que dormir una noche más ahí. Nos pasamos el día durmiendo y viendo tele en los sillones de su living.
Volver al sur nos costó harto, pero el camión que nos tomó en Linares nos dejó en la Vega Monumental de Conce. Andrés vive al frente. Yo tomé micro y pagué estudiante.

Si tuviera que hacer un ultra resumen de los hitos del viaje a Machu Picchu sería más o menos así.
Fue excelente =o) absolutamente repetible.