11 diciembre, 2011

Las Pololitas (2 parte)

Bueno, resulta que LA pololita tiene una casa que, decir que ES LA RAJA, es poco...me quedo corta si lo reduzco a eso.
Tiene un subterráneo y un primer piso al que se accede a través de una escalerita de 5 o 6 peldaños que le da espacio suficiente a los muros del subte para tener ventanas. Allá abajo tiene su pieza que es ocmo un refugio.
Además, como vive sola y no discute con nadie la elección de los colores, tiene la combinación soñada de cualquier fémina. Entre el piso de color café oscuro y las paredes blancas tiene unos visillos color magenta que combinan pulento con una lámpara morada y otra que es color sandía, además del sillón morado con rayas de colores y cojines que en distintos tonos que van desde el rojo al terracota.
Tiene KILOS de aros!!!
Todos envidiablemente bellos y colgados en una rejilla que mide fácilmente 1,5 m2 y que está ¡llena!...full off.
Ha viajado por todas partes...TODAS PARTES...(pero no conoce Shhhile) y no tiene hijos...y sigue viajando...
Mi sueño de vida (hasta los 30 por lo menos) aunque ella ya debe estar cerquita de los 60.
Su casa entera y su bitácora mental de viajes son mravillosas.
Cuando llegamos a verla estaba escuchando esto, que me ultra fascinó, a todo semi-chancho.


Me gustó tanto su onda que yo también pololearía con ella, a pesar de su risa estridente.
Espero recordar su casa cuando tenga la mía o pueda proyectar una directamente con un arquitecto. Hay hartas dieas que le quiero copiar.

Todo esto la posiciona como segunda pololita favorita (con la primera vamos a ir el viernes al Hammam -o baño turco en burdo español de shhhile- en la mezquita de Paris). Lástima que no durará mucho, a menos que...

1 comentario:

Val dijo...

sácale fotos a la casa de la pololita para que te sea más fácil que el arquitecto te proyecte el asunto. Total, por lo que cuentas, seguro que no la ves más! XD