Mi nuevo hogar

Le arriendo una pieza, un baño y parte de la cocina, y del living-comedor a un amigo. A un extraño ser inmune al polvo, al olor a hámster de las mañanas y al desorden. Pero eso lo encuentro hasta entretenido, porque él se rie con una inocencia increíble cuando le insinúo cualquier cosa al respecto. Más risa me da cuando viene a mi pieza y me dice “oye que tenís cochino, manso desorden en que estay metía” entonces yo le pongo mi mejor cara de “no podís ser tan cara de raja” y terminamos muertos de la risa los dos.
Ahora, EL problema, de convivir con personajes de este tipo es que uno se puede ver involucrado en situaciones complejas dignas de un capítulo de friends.
Mi amigo tiene un despertador que suena todos los días a las 9 y media de la noche. Lo descubrí un día que estaba sola por haber llegado antes de mi viaje al sur por el fin de semana largo del 18. Él llegó 2 días después que yo.
Ese día en la noche le dije “oye Jaimito -no es que se llame Jaime: estoy ocultando su identidad- anoche sonó un despertador en tu pieza”.
-¿Ah sí? ¿Todavía suena?
-Ehhh… sólo sé que sonó y que hoy día también.
-Ahhh…
-Oye, y ¿cuál es la idea de dejarlo programado si no vas a estar?

con su sonrisa inocente me contestó “es que lo tengo perdido”

No era grupo ni tongo que su pieza es un desastre.

Al menos así se que las noticias empezaron hace media hora y que en más o menos 45 minutos voy a empezar a tener sueño así que me tengo que lavar los dientes antes de que me de flojera y decida dejarlo para mañana.
Llevo solo un mes y medio viviendo acá y he pasado, en total, alrededor de 3 semanas durmiendo afuera. Todavía no me molesta la famosa alarma pero ya iremos viendo cómo evoluciona la situación.