Fue como las veces que he estado enamorada, sentí todo el rato la wata apretada, dura pero contenta, pidiendo más. Todo mi cuerpo estaba tranquilo pero expectante, inclinado un poco hacia adelante y tenía esa sensación de que la piel me estorbaba, y es que a veces soy más grande que el órgano que me cubre.
Sentada sobre mi cama, apoyada en la pared, comiendo galletas y tomando té creo que he tenido la lectura más exquisita de toda mi vida.
Hoy llegué cansadísima a la casa después de dos semanas realmente angustiantes en cuanto a horarios de comida, sueño, clases y trabajo académico: Ayer tuve que hacer una pausa de 40 minutos con los ojos cerrados para recomponer mis retinas que pedían a gritos que botara el computador a la basura porque no resistían más. (Llevaba 4 días casi completos pegada a la pantalla leyendo y estudiando hasta las 2 de la mañana) Y a las 8 de la noche, luego del certamen de biología, tenía dos huevos fritos debajo de la frente. Y bueno … abrí el libro, empecé a leer sólo para hacerme una idea de lo que iba a leer después pero me gustó tanto que lo leí todo al toque.
¡¡¡Me ha encantado un libro!!!. Pero no es que me haya gustado muchísimo, como me ha pasado con casi todas las cosas interesantísimas que he leído en estos 3 años de estudiar Antropología (multiplicidad de temas y autores), ni con el Pequeño Nicolás, Papelucho, La Casa de los Espíritus y el Cartero de Neruda. Sino que la cantidad de emociones que me produjo es indescriptible. Estaba contenta leyendo y muy emocionada, atentísima como nunca, fascinada y llena de adrenalina. Igual que cuando me tiro en bicicleta por la cuesta que va a Ralún (y eso sí que es indescriptible).
Lo leí rápido y me faltaron varias partes porque estoy contra el tiempo, pero quedó escrito en la biblia (o en el Corán) que es mi libro más favorito de toda la vida.
La verdad no quiero contarles de qué se trata, pero les recomiendo que lean “Fuera de Lugar” de Edward Said. Yo, en cuanto pueda me lo voy a comprar.
1 comentario:
Yo lo leí para un ramo en primer año de la U, Historia de la Modernidad, y me pareció fascinante. Tiene la capacidad de mezclar perfectamente la historia con una prosa que encanta.
Gracias por recordarme a uno de los buenos que había olvidado.
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