Cállate, Beti

Dice que se siente chilena cuando viene a Chile y al hablar de “nuestra presidenta” dice que le inspira mucho respeto y admiración por su enorme capacidad de perdón y crecimiento espiritual. Que lo más importante para un país es que haya amor y espiritualidad para que pueda crecer y avanzar en el desarrollo y que Latinoamérica tiene una historia común de abusos y atrocidades (eso no lo podemos negar) y que es admirable que un país como Chile haya podido seguir construyendo futuro sin odiosidades (???), con altura de miras (???). Dice que entiende a la presidenta y se siente identificada con ella porque sabe del dolor de su familia, la desgracia de perder a su padre de una manera tan dramática y la Bachelet que ya había estado bastante incómoda todo el rato la queda mirando con cara de “Y voh qué sabíh?”
Le agradece a los chilenos el haber estado en las plegarias de todos, porque asume que todos oramos por ella todos los días para que la liberaran pronto, y dice también que sintió el apoyo de todo el mundo que estaba preocupado por su integridad física y mental. Mi mi mi mi yo yo yo yo (después dijo algo así como ahh y de veras que también habían otros).

No me cae mal, pero de que hizo el loco…lo hizo.

De dónde habrá sacado que los chilenos ya resolvimos las ecuaciones del perdón, el odio y el dolor? no tengo idea, de que sería bkn no lo discuto, pero no son ná así las cosas en este país.

Yo lo vi en vivo y no me gustó nada. La encontré redundante, autoreferente e improvisada, en La Nación salió algo al respecto por si lo quieren ver.

Y no sé ahhh, pero lo de la hepatitis no me lo compro ni en cuotas.
Secuestrada por las FARC, sin mucha comida ni nadie que la atendiera, amarrada, en la selva amazónica con temperaturas y humedades invivibles…ni aunque seai el hijo preferido de Dios vives para contarlo.