12 agosto, 2010

nosotros: ni moscas

Caminamos 2 horas entre medio del bosque y bordeando un río precioso para ver UN Alerce.
Este Alerce, más conocido en el mundo científico como Fitzroya cupresoides (me tinca que el nombre tiene algo que ver con el navegante inglés Fitzroy y con el color cobrizo de su madera) está junto a una caída de agua arriba en el monte en el Parque Nacional Alerce Andino que queda cerca de Puerto Montt.
La madera de este arbolote, aparte de tener un color muy bonito, posee otra especial característica: no se pudre, lo que la hace muy codiciada para la construcción de casas (en el sur llueve mucho y casi todo el año) y también de muebles.

Es una especie protegida, lo choro que tiene es que a medida que va creciendo va quedando el tronco sin ramas para tener finalmente una copa muy lejana al suelo. Crecen tanto que se necesitan por lo general al menos 4 personas para abrazar su diámetro. Y no la protegen sólo por lo codiciada que es sino por su particular tiempo de vida.

La gracia de caminar 2 horas para ver a uno de estos es saber que los Alerces son árboles milenarios. No importa qué tamaño tenga, cada vez que logre distinguir uno en el bosque puede estar seguro de que él tiene al menos mil años más que usted.

Este tiene 3 mil, o sea que si la naturaleza es sabia, él podría saber si Jesús realmente existió y tener algún tipo de conocimiento adquirido respecto de por dónde llegaron hasta nuestras tierras los antiguos hombres y mujeres. Yo sigo creyendo en el poblamiento múltiple y en la importancia del sitio arqueológico de Monte Verde, pero si alguien puede estar seguro de eso es un Alerce... ¿pensarán estas criaturas?

En relación a la vida de un Alerce, como este que tiene 3.000 años (sorry que repita pero es que siempre impacta tener uno al frente), nosotros no somos más que un respiro (quizás ni eso).... un zancudo...

Hace como 10 años que no veía un arbolote de estos y fui con Felipe esta vez. Fue un lindo paseo que todavía me tiene pensando en la mortalidad del Alerce y la de los humanos.


7 comentarios:

SSergioA dijo...

Sip, después de haber visto 100 generaciones de seres humanos, debemos parecerle moscas.
Moscas muy activas, en todo caso. Debe estar impresionado con todo lo que estos bichos han construido en el transcurso de una vida.



Qué suerte...

Morenoy dijo...

Hay un detalle que se te escapo... teníamos el parque para nosotros solos!!!... je!, bueno, además de los pajaritos que nos echaban el ojo y seguían todos nuestros pasos para ver si cometíamos algún ilísito.

Demos las gracias a Vital que siempre estuvo con nosotros, fue la dosis precisa a la demanda de sed por la caminata... y... ahora me dejo de hablar leseras.

Gracias a nosotros por compartirnos.

Mathilde dijo...

SergioA, creo que estaría más sorprendido de lo brutos que somos y cómo nos las ingeniamos para estropear cada vez un poco más el planeta.

saludos!

Unknown dijo...

Saludos!!! Bonito artículo.
Oasé por aquí a saludar

SSergioA dijo...

Me caen bien los alerces pero no hay que tomarlos muy en serio.
No vagarán pero son bastante vagos. .



Cariños, Mathilde

Anónimo dijo...

sino hubiera q caminar dos horas pa ver el alerce...creeme q no seriamos como moscas pa él..mas bien seriamos unas termitas. jajajaja.
menos mal estan lejos. Son la raja y debo reconocer q me da pena q el porton y la puerta de entrada de mi casa sean de alerce

Val dijo...

ESPECTACULAR los Alerce...yo tiendo a pensar que los árboles son pensantes, pero es una lesera mia...una vez vi a uno quemandose en la Plaza de los Tribunales en Conce...algun pastel le prendió fuego y la gente miraba estupefacta, como hipnotizada...llegaron los bomberos y trataban desesperadamente de apagarlo, pero costó mucho mucho...y a mi...me corrían las lágrimas...pq me parecía que al pobre arbol le dolían las quemaduras. Te juro.