Me mordió un perro

Y pese a lo terrible que suena: fue lo más insignificante que me ha pasado.
Venía caminando de vuelta a la casa por una calle desierta, con escasa vereda, porque aún hay muchos escombros de los vecinos que están demoliendo o arreglando sus casas después del terremoto.
No sentí ni vi nada, solamente que algo filudo me apretaba el tobillo izquierdo con mucha fuerza.
No atiné más que a gritar un fuerte y sentido "aaay!!!" y a darme vuelta, porque el cobarde ataque había sido por la retaguardia...
Y qué veo???
una cuestión chica, FEA, café...que parecía un guaipe con patas.
PERRO DE MIERDA!!!!! -fue mi segunda intervención, tan de adentro que pronuncié como mil erres.
El animalejo me soltó tan rápido como me agarró.
SE FUE CORRIENDO EL MARICUECA!!!
Ni siquiera me ladró un poquito, ni intentó seguirme tampoco.
La verdad es que fue como un escupo en la cara que una criatura tan insignificante me hubiera hecho doler tanto.
Menos mal que andaba con unos calcetines gruesos, como de polar, encima de los normales así que sus mini colmillos no me dejaron ni una sola marca.
Igual me asusté un montón y lloré como una nena. Había sido un día haro inútil y este iba a ser el broche de oro......
Hasta que, más tarde, se echó a perder la máquina elíptica cuando yo la estaba usando y casi me saco la ñoña.
Del perro y sus colmillos: sólo el recuerdo y a ver si mañana sale todo mejor.