06 febrero, 2010

Burbujas

El fuego le da un color distinto a la luz en la casa. Y es más rico cuando está recién encendido porque se va notando cómo el calor se propaga y va calentando de a poco…más notorio aún si te paras junto a la estufa dándole la espalda y con las manitos hacia atrás. Después te puedes ir alejando, como si una burbuja de calor estuviera expandiéndose.
Más rico todavía si me quedo sentada en frente mirando las llamas. De chica he tenido una fijación con el fuego y ahora disfruto cada vez que se hiela la casa porque es momento de prenderlo.
Mientras afuera llueve con desesperación, adentro de la casa se siente una calma inmensa.
No me levanté ni he salido hoy. Salí de la ducha y volví a ponerme pijama (así es más rico pasar la lluvia), hace días que vivo como en una burbuja, o en varias.
Pienso en hartas cosas, siento varias otras, hago algunas cosillas y no paran de ocurrírseme.
Ando inspirada. Estoy Mariada.

3 comentarios:

Rolo dijo...

Comparto el gusto por el fuego, aunque años atras se me haya quemado la casa.

Saludos!

Sarah dijo...

SALUD! por este momentos de inspiracion!

Yo amaba los dias de lluvia enserio, pero desde que enfrente del trabajo se inunda a la primera llovizna y me quedo prisionera en el laburo sin goce de horas extras, no me gusta para nada =l

Ahora si llega a llover un dia domingo de descanso laboral mueeeeeeeeeroo en mi cucha viendo la tele ♥

Saludos lindura!

Maryorie Nin dijo...

Sí, siempre he deseado tener una cabañita para en la noche, quedarme contemplando el fuego... excelente... con una taza de chocolate en la mano mientras pienso y pienso y pienso...